Título original: Ostatnie
życzenie
Saga: Saga del Brujo
Autor: Andrzej
Sapkowski
Fecha de publicación: 1993
El Último Deseo fue el primer libro oficial ubicado en el universo del personaje Geralt de Rivia, escrito por el autor polaco Andrzej Sapkowski, y digo primer libro oficial ya que Sapkowski ya había escrito historias que luego se conectarían con el universo de Geralt, pero según él, El Último Deseo es el primer libro de esta saga. En este libro se cuentan algunas de las aventuras de dicho personaje, introduciendo también a seres importantes para Geralt y todo contado mediante una narración enmarcada, la cual consiste en incluir varios relatos dentro de un relato principal.
La Saga del Brujo ha sido aclamada como una de las mejores sagas de libros polacas jamas escritas, consiguiendo varios premios nacionales y consiguiendo una traducción masiva a varios idiomas a partir del 2007, algunos apuntando a que la popularidad que consiguió el libro entre diferentes lectores es debido a los videojuegos basados en el mismo universo y personajes, la serie de The Witcher. Ahora miles de personas conocen esta saga literaria, habiendo ganado múltiples premios internacionales y ahora una futura serie hecha por Netflix se encontrará basada en los libros, así que por qué no dar mi opinión acerca del primer libro de la franquicia.
El Último Deseo fue el primer libro oficial ubicado en el universo del personaje Geralt de Rivia, escrito por el autor polaco Andrzej Sapkowski, y digo primer libro oficial ya que Sapkowski ya había escrito historias que luego se conectarían con el universo de Geralt, pero según él, El Último Deseo es el primer libro de esta saga. En este libro se cuentan algunas de las aventuras de dicho personaje, introduciendo también a seres importantes para Geralt y todo contado mediante una narración enmarcada, la cual consiste en incluir varios relatos dentro de un relato principal.
La Saga del Brujo ha sido aclamada como una de las mejores sagas de libros polacas jamas escritas, consiguiendo varios premios nacionales y consiguiendo una traducción masiva a varios idiomas a partir del 2007, algunos apuntando a que la popularidad que consiguió el libro entre diferentes lectores es debido a los videojuegos basados en el mismo universo y personajes, la serie de The Witcher. Ahora miles de personas conocen esta saga literaria, habiendo ganado múltiples premios internacionales y ahora una futura serie hecha por Netflix se encontrará basada en los libros, así que por qué no dar mi opinión acerca del primer libro de la franquicia.
“La
historia comienza con Geralt aceptando un contrato que le permitirá
ganarse unas cuantas coronas, demostrando sus habilidades en la
profesión que ejerce, brujo. Los brujos son un grupo de guerreros
expertos en el manejo de la espada, artes mágicas y en la
eliminación de monstruos, ejerciendo su profesión (cazar monstruos) por una suma de dinero. En simples palabras, son exterminadores de lo
sobrenatural. Pero los brujos no tan sólo matan monstruos, también
pueden brindar otros servicios, y es precisamente lo que desea Foltest, rey
de Temeria, por lo que Geralt acepta el contrato esperando
salir vivo de esta y ganarse unas cuantas monedas en el proceso. Esta
aventura no será la única contada en este libro, una serie de
diferentes anécdotas ocurridas al personaje serán mencionadas aquí.
¿Qué tipo de vida es la que tiene que soportar un brujo?”
Dejando
a un lado el prologo que sólo tendrá sentido si terminas de leer el
libro, que por cierto es una muy buena idea, la historia comienza con
el personaje principal entrando en la ciudad de Wyzima, para luego ingresar en
una taberna y pelearse con unos borrachos los cuales no son ningún
problema para él. Casi pareciendo una película del viejo oeste, la
esencia del personaje es la misma utilizada en muchos vaqueros de
aquellas películas, el solitario personaje incomprendido, con mucha
experiencia en este cruel y salvaje mundo, vive su vida viajando y
teniendo que salir de los problemas a la fuerza, demostrando ser muy
hábil en el arte de matar. Geralt personifica ese clásico personaje
tan cruel como el mundo en el cual vive, pero aún poseyendo un
código moral que lo coloca como un anti-héroe. Sin duda alguna,
Geralt de Rivia es uno de mis protagonistas
preferidos,
por distintas razones, pero la más destacada es su constante lucha
interna de que lo debe ser y lo que quiere ser. Geralt desea ser un
héroe, imponer justicia en aquellos que la quebrantan, pero incluso
en este mundo de fantasía, la imagen del caballero andante de
canciones y leyendas no son nada más que meros cuentos para los
niños. El mundo en el que vive Geralt lo obliga a ser más cínico
si desea sobrevivir, a apartarse de los problemas de las personas
sino quiere terminar manchándose con la culpa, porque aquí nunca
hay una solución que satisfaga a todos, siempre habrán
consecuencias. De por sí los brujos tienen cierto código que les
prohíbe interferir en asuntos políticos o sociales, tan sólo
pueden ejercer su profesión no pudiendo dar su opinión en los
problemas de los demás, pero Geralt tiene unos muy fuertes valores
humanos, un muy fuerte deseo de hacer lo correcto, por lo que más de
una vez él no puede evitar meterse en los problemas de los demás
intentando ayudar. Lamentablemente, a veces su ayuda tan sólo
empeora las cosas, siendo una muy cruel y constante lección que
Geralt parece olvidar con el tiempo, de que sería mejor y más fácil
mirar hacia otro lado, pero él no puede, al menos no siempre.
El
brujo es un constante remolino de emociones ocultas detrás de una
cara amenazante, es aquí, en este libro, donde nos dan una completa
introducción a su persona, ya que lo conoceremos bastante a fondo por
las distintas historias que nos narra este libro, y los siguientes
libros continuaran demostrando lo interesante que es este personaje
en este raro mundo.
El
mundo de Geralt de Rivia es un mundo fantástico ficticio al estilo
medieval europeo. Lo más clásico de lo clásico. Tenemos reyes,
militares corruptos, dioses, templos, magia, hechiceros, elfos,
enanos, y por supuesto, monstruos. En el primer libro no veremos tanto
acerca de cómo se compone dicho mundo, El Último Deseo se
centra más que nada en presentarnos al protagonista y explicarnos
como es que vive un brujo promedio, si bien Geralt no entra en la
categoría de brujo promedio, pero su estilo de vida no es muy
distinto a cualquiera de sus hermanos. Además de explicarnos esto,
el libro también nos presentará a distintos personajes
significativos para la trama de la historia, como la madre Nenneke,
el bardo Jaskier y la hechicera Yennefer, siendo la última el amor
perseguido del protagonista, siendo los dos una pareja un tanto
disfuncional, por lo que sus amores y odios serán un constante tema
en la saga literaria, lo cual en verdad es algo refrescante de leer
en lugar de esa típica tendencia a una pareja perfecta que tan
sólo tiene problemas por causas externas más allá de su control,
aunque mejor no profundizó mucho en esto ya que aquí se da tan sólo la
presentación del romance entre los dos.
Hablando
de romance, si bien estos diferentes cuentos se muestran bastante
oscuros y sangrientos, no se quedan cortos al momento de ser cómicos
o románticos. El tema del amor es algo que se repetirá más de una
vez en estas diferentes historias, algunas veces siendo meramente
cursi y demasiado perfectas al punto de estar un poco fuera de tono
con lo demás, pero en otras ocasiones son trágicas, logrando
hablar del “poder del amor” de una forma madura. No se siente tonto o cliché cuando explican que el poder del
amor puede romper cualquier maleficio, un poder el cual ni hechiceros
ni eruditos pueden explicar exactamente cómo funciona, dos destinos
que ahora se encuentran conectados como un solo, no existiendo ningún
fuerza en este mundo que sea capaz de sobrepasar al destino.
El
peso del destino será algo que se mencionará constantemente en los
siguiente libros y aquí la idea es introducida de forma bastante
sutil, pero dejando a un lado el romance y yendo a lo cómico, los
primeros libros de esta saga sobresalen entre los demás por una
tendencia de Sapkowski de presentar sangrientas parodias a clásicos
cuentos de hadas, más que nada a los vistos en las películas de
Disney. Algunas de estas parodias son meras anécdotas mientras que
otras son el tema central de la trama, demostrando que Sapkowski no
tiene miedo de utilizar la referencia a sus anchas y aún siendo
capaz de sacar una historia seria de una parodia.
El humor es algo
constante en este libro, pero bien utilizado y no llegando a ser
tanto como para volverse insoportable. Geralt se muestra como alguien
sarcástico que suele utilizar respuestas inteligentes y atrevidas
para burlarse de los demás o para resaltar la estupidez de la
situación, o al menos las situaciones que él considera estúpidas.
El personaje Jaskier brinda mucho más de esto al ser un atrevido
bardo casanova que siempre se encuentra en búsqueda de una nueva
historia la cual transformar en poesía, su encuentro con Geralt
resultó en justo lo que él estaba buscando, un icónico personaje
memorable del cual componer baladas, transformando al brujo en una
fuente constante de su inspiración y surgiendo entre ellos un
fuerte sentimiento de amistad. Jaskier si bien no tiene ninguna
experiencia en el combate, y tampoco es el más valiente, este no
duda en acompañar al brujo en sus aventuras y hacer todo lo posible
para no interferir en su trabajo, si bien a veces suele meter la pata. Aquí no podremos ver mucho de Jaskier, pero
es una buena presentación del personaje.
Una
mención especial que quiero hacer es sobre el
inicio del capítulo “Cuestión de precio”, el
cual
utiliza un truco muy simple pero bastante efectivo en una
presentación, más aun cuando este libro es una recopilación de
diferentes aventuras. El
inicio de este capítulo se puede, fácilmente, interpretar de la
manera en que el escritor quiere que la interpretemos. Pero
si bien Sapkowski es un gran escritor con mucha imaginación, es muy
pésimo cuando se trata conversaciones y del desarrollo del ambiente
adecuado, lo cual me impresiona porque muchos hablan de Sapkowski
como un gran escritor, pero claramente él tiene sus notorios fallos y es en
El Último Deseo
donde resaltan más dolorosamente.
Muchas de las conversaciones
dadas en este libro no se sienten naturales, utilizando un exceso de
exposición con personajes que se conocen desde hace mucho tiempo,
pero que por algún motivo sienten la necesidad de explicar cosas las
cuales ya deben estar claras entre ellos, apareciendo esta exposición
sin ningún fuerte motivo. Pero tristemente este es el
menor de sus problemas, el mayor de todos ellos, y es algo que
Sapkowski hace una y otra vez, es el realizar conversaciones rápidas
que parecen responderse a sí mismas, sin ninguna pausa o explicación
que nos deje entender la participación del otro por medio de gestos
o por las expresiones que realiza o tan si quiera
hablar un poco del entorno o del ambiente que surge entre ellos. Hay
muchos ejemplos en este
libro sobre esta forma apresurada de presentar una escena, como la
que se da con el
alcalde de Blaviken
cuando
Geralt se
enloquece,
intentando el alcalde calmar y hacer entrar en razón al brujo, pero
casi en la misma sentencia, sin explicación, cambia de parecer y
acepta que Geralt tiene razón. Y luego
hay escenas que piden a gritos ir más lento, de que el narrador
interrumpa el dialogo y que
explique
las expresiones o reacciones de los personajes,
siendo
el mayor ejemplo de todos
la conversación entre Geralt y Iola, personaje muda.
Siendo
una personaje que no puede hablar, es mandatario que sea el narrador
que nos explique qué es lo que le comunica
a Geralt mediante su mirada y su silencio, pero
no exagero al decir que en toda esta “conversación” el narrador
no interrumpe ni una sola vez para explicarnos que ocurre con
detalles. La interacción entre estos dos debe ser asumida por el
dialogo de Geralt, lo cual da un resultado sumamente superficial de
una escena que tenía todo el potencial para resultar poderosa para el
lector, pero por lo apresurada que es al no detenerse a explicar
nada, dejando a Geralt como un loco que se responde a si mismo, esta
escena se siente resumida, como si alguien hubiera recortado
las escenas de Iola, sólo dejando las partes de Geralt.
Para
explicar mejor qué tipo de imagen se me viene a la mente al leer
esta escena, intenten imaginarse una buena charla entre dos
personajes en una película, tan sólo que ahora deben dejar mudo a
uno de ellos dos y la cámara nunca debe enfocarse en el personaje
mudo, esta tan sólo puede enfocarse en el personaje que habla
y la escena debe estar editada de tal forma que no queden espacios en
silencio, debe ser el personaje hablando solo casi sin pausa. Es así
como yo veo esta escena.
Pero
si bien este es un fallo que me hace rechinar los dientes cuando lo
leo, aún así no puedo desacreditar mucho a Sapkowski, ya
que no tan sólo sus personajes son entretenidos y memorables, sino
que además el sólo concepto del Brujo es fascinante para mí. Niños
que son separados de sus familias y son llevados a entrenar durante
el resto de sus vidas, afinando sus habilidades y sentidos para poder
enfrentarse y salir victoriosos en un enfrentamiento contra un
monstruo, teniendo que consumir todo tipo de drogas y pociones hasta
que sus cuerpos se acostumbren a estos, causando radicales cambios en
sus anatomías, logrando que sus capacidades físicas se incrementen
considerablemente. Los brujos son considerados de forma simple como
mutantes, espadachines modificados para ser super humanos con un gran
conocimiento sobre distintos monstruos: cómo se ven, cómo actúan y
cómo matarlos. Y
encima de toda esta preparación física y mental, las drogas y ritos
utilizados en la transformación de los brujos les abren las puertas
a la utilización de las artes arcanas, más específicamente a algo denominado Señales. Las Señales son magia de bajo calibre,
pero magia a fin y al cabo, por lo que resultan muy útiles contra
los monstruos o contra personas que busquen matar al brujo, siendo
esto algo común ya que los brujos popularmente son considerados
abominaciones a la naturaleza, si bien por su profesión todos
deberían estar agradecidos con ellos, lo peligrosos que son causa
terror, miedo y repulsión en los corazones de la gente ordinaria.
Hubo
una época en que las cosas eran mejores para los brujos, había más
trabajo y las personas los trataban con más respeto, pero los
tiempos han cambiado y ahora la profesión de brujo es rara, se
encuentran cerca de extinguirse junto a los monstruos que cada vez
son menos, por lo que Geralt es una reliquia del pasado, un remanente
de algo que antes era necesitado.
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